1- Pequeño dios
Él levantó su mano,
estiró su índice, -Mira. Me dijo.
mire el paisaje, ingenuo.
Desde allí podía ver
verdes, azules, grises y marrones
así como pequeñas pinceladas
de los demás colores
Los cielos, ríos y lagos
de tranquilos azules y celestes
que fluyen despreocupados
llevando la vida en sus corrientes
También aparecieron valles
coronados por bosques y montañas
por donde se hacían paso los hombres
con sus ciudades y artimañas.
El paisaje cerca de ellos
adoptaba tonos grisáceos,
culpa de su invenciones
y terribles deseos.
Cuando volví la mirada
el Poeta seguía allí, con la mano estirada
entonces me fije, que en la punta de su dedo
el poeta había creado un mundo entero.
2- Todo tiempo
pasado
Todo tiempo pasado fue mejor
o eso dicen algunos,
me gustaría preguntar entonces
si acaso en el pasado
el cielo era más cieloso,
el sol más soleado y
la luna más lunosa.
¿Antes la noche anochecía más?
O tal vez amanecía mejor.
¿Puede que el agua y la lluvia
fueran más mojadas?
los inviernos más fríos
el otoño más naranja
los veranos más ardientes
la primavera más verde.
¿Acaso los ojos miraban mejor?
Los oídos escuchaban más,
Las lenguas eran más usadas,
la nariz olía mejores aromas,
Los dedos sentían más texturas.
¿Tal vez sentíamos más sentimientos?
y la felicidad era más feliz,
la tristeza nos atormentaba más.
Tal vez entonces se vivía más rápido
porque la muerte llegaba antes
¿Es acaso eso, viejo declinista?
Si añoras tanto el tiempo pasado
porque no querías vivir tanto
si ser viejo te es tan terrible
¿Por qué no mueres y ya?
4- Cielo
Viste todo el cielo
y te enamoraste de él.
Emprendiste vuelo
para sentir su abrazo.
¿Te habrás arrepentido?
pero no había vuelta atrás,
una vez que miras
solo quieres más
naranjas, celestes y azules.
No volviste.
Tal vez el cielo
te quería para él solo,
o tú mismo te perdiste
entre nubes y rincones.
Qué más pude esperar.
El viento jugó con tus alas
y te llevó más y más alto,
donde infinito te guardó
para que no dejaras de brillar.
El cielo todo te vió
y se enamoró de ti,
en sus colores te acogió.
Entonces, nunca más te ví.
4- Receta
para el apocalipsis
Primero batimos guerras y conflictos,
añadimos la crema de cambio climático
que hacemos al mezclar dos ingredientes:
sequías e inundaciones, a temperatura ambiente.
Continuamos agregando una pandemia
preferentemente una bien contagiosa,
amasamos bien los ingredientes sobre la tierra
hasta conseguir una masa homogénea.
Estiramos la masa sobre el mundo
hasta que quede bien fina, y usando un molde
recortamos nuestras empanadillas.
para el relleno hay varias opciones:
salteado de depresión y distanciamiento social,
crema de fascismo e ineficiencia política,
conspiraciones fritas con vacunas agridulces,
capitalismo salvaje con millonarios egoístas,
sistemas educativos nefastos al vapor
con toques de clases virtuales improvisadas,
polución con salsa de aceite usado.
O mi favorito: ideologías extremistas
con peleas saladas y absurdas.
Una vez elegido, rellenamos nuestras masitas
doblamos y cerramos, y sólo quedaría cocerlas
a una temperatura cercana al infierno
ya sea en aceite hirviendo u horno
si es que deseas una opción más sana.
A disfrutar!