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18 de mayo de 2021

"TELA DE ARAÑA", POEMAS DE MIJAIL AGUILERA

 

Tela de Araña

Suspendida,
espera el rocío ciego.
Mientras yo hago equilibrio,
a punto de caer.

Forcejeo insensato.
Tiembla la seda,
no puedo escapar.

En una red infinita,
un depredador silente
me envuelve de a poco.

Me sumerge
en la tela del tiempo,
me ahoga en sufrimientos
de grises cansinos.

Y siento un crepitar desfigurado
y tiemblan los halos de luz.
Ha envuelto a otra presa.

El tiempo me persigue de lejos
precipitando.
Caerá la tela angustiante.

He salido de la seda que me envolvía
ahora soy hijo de Aracne
y mi tela suspendida
espera el rocío ciego.

 

Rocío Ciego

Llegó una mañana insomne,
mientras las flores cansadas
volvían de su sueño encrespado
a un mundo delirante.

El rocío errante y mezquino
no sabe dónde reposar.
Rechaza sin pensar la tierra seca
y allá se acerca al montón de mierda.

La flor de lis se marchita de golpe,
los árboles de jade estallan
escupiendo sangre blanca.
La muerte siega el jardín.

Y el rocío sigue prefiriendo
la podredumbre frente a todo.
Allí dónde el sol quema
se deshacen las hojas quebradas.

Tiembla la tierra al sentir
el último aliento de sus plantas,
y desfallece con ellas
en la ciega insensatez.

 

Caer

Un muchacho mira por la ventana,
se asoma a fríos paisajes,
casi siente la calidez del sol,
aunque caiga la nieve.

Asomándose a la ventana
escucha el llanto de un bebé,
ve como pintan los muros de rojo,
asiste al funeral de un arcoíris.

El muchacho cae al vacío
de la ventana hipnótica.
Nunca tocará fondo.

Quiere escapar
de sus cuatro paredes.
Sigue dentro de ellas.

Se consume en un vértigo
interminable y receloso.
Pero aún no lo sabe.

Busca vivir
su propia vida.
Apenas ve por la ventana.

 

Grises Cansinos

No puedo pintar el atardecer
que se desborda en un
mar de noche sin color.

Las olas buscan las nubes.
No hay tempestad
en el silencio.

Estoy atrapado en una máquina
de engranajes inmóviles,
a punto de romperse.

Estoy atrapado en una máquina
de engranajes inmóviles,
descoloridos.

Estoy atrapado en una máquina
de engranajes inmóviles,
repetitiva.

 

Halos de luz

En este laberinto nocturno
sombras deambulan perdidas
al ritmo de llantos y lamentos
gritos de desesperación.

En la imagen desolada, una figura
se refugia en el silencio.
Con sus trémulos ojos abiertos
espera el arrullo de la mañana.

La noche no se agota,
y el día se acaba en un suspiro.
La figura no deja escapar su aliento,
aguarda paciente la breve esperanza.

‘La salida del laberinto
sólo se revela al amanecer’,
fue el único mensaje que encontró
para escapar del tormento.

Pero cada amanecer que pasa
aumenta su triste confusión
al no ver indicios del escape
que tanto tiempo lleva anhelando.

El alba se acerca sin prisa,
la parca no pierde el tiempo.
La figura cae al suelo
una sonrisa se dibuja en su rostro.

Despunta el alba,
un halo de luz se refleja en el piso
mostrándole la inútil salvación.

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