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24 de abril de 2021

POEMAS DE JUAN FURNISS

 


 

Nuestra insólita declaración de independencia

Atención

todas las personas interesadas

Luego de gran deliberación

hemos encontrado una salida a esta encrucijada

 

En esta embajada somos leales

únicamente a la bandera blanca

Nos rendimos de vivir esta mentira

y nos emancipamos del país innombrable

 

Explicamos nuestra situación brevemente

Desde esta ubicación privilegiada

entre las ruinas de la torre de Babel

y un colosal edificio corporativo

sin puerta de entrada

 

Acá en otro momento llegó el sol

hasta que se instaló frente a nosotros

el edificio de una novedosa inmobiliaria

que unos meses más tarde

cubrió de publicidad su fachada

 

Figura en este cartel

la imagen de un Sísifo radiante

creada por publicistas aun impunes

Los vecinos perdieron su vista

pero se ahorraron los gastos comunes

 

Ya se pueden imaginar

la fatiga que nos causa

nuestro laburo sin sentido

Así que a luz de esta situación

y empleando el poder

que se nos otorgó al haber nacido

declaramos nuestra independencia,

oficial e irreversible,

del mundo que han construido

 

Para terminar,

como aviso de utilidad pública,

estaremos ofreciendo asilo político

a estos selectos grupos protegidos:

Músicos sordos,

médicos sin fronteras,

desertores de la Guardia Suiza,

jóvenes promesas del radioteatro

y astronautas de repúblicas bananeras

 

 

Monólogo culposo

Es normal, digo yo

que te pierdas en tus tormentos

Pero recuerda,

no fui yo quien te obligó

a nacer con nosotros

No tenías opción, supongo,

en eso estamos de acuerdo

Mas si no estamos a la altura

es necesario que sepas

que también cargo con las heridas

del doble filo de la crueldad

y con la autoridad de la experiencia

te puedo asegurar

Que si usas esa cabeza tuya

de la que tanto te enorgullecías

te encontrarás respirando

en silencio sobre el lecho que otrora robaste

y otros como tú

esparcidos por el suelo en el que sangraste

Doy por sentado también

que si salvas esa alma tuya

que tú tanto protegías

descubrirás a tu especie

en la esquina del rincón al que la empujaste

y gente como aquella

presa del miedo por el que temblaste

Sin embargo,

no todo está perdido

y si te queda la voluntad

para secarte las lágrimas

y aún soportas mirarme a los ojos

el camino está abierto,

con tropiezos y todo,

para crear un futuro

que, aunque siempre sea incierto,

basta la esperanza

de no terminar como al comienzo

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